Cueva del Indio. Relato épico Jujeño.

05/06/2020 | Historia, Tres Cruces

Entre tantos sitios con pintura rupestre de nuestra provincia, el de Cueva del Indio resalta por sus motivos bélicos, por escenas supuestamente eróticas y por la superposición, en un pequeño espacio, de intervenciones a lo largo de al menos mil años. Está ubicada cerca de la localidad de Tres Cruces.

Subiendo por un huayco de arena roja y de queñoales, hay una cueva que los lugareños conocen como Cueva del Indio. Confiamos en que, alguna vez, lo llamarán: Nuestra Cueva, y será cuando la referencia a los indios ya no apunte hacia aquellos del pasado sino, también, a los del presente.

//

Cueva del Indio. Tres Cruces, Jujuy.

La historia del arte puede aportar a esta apropiación comprendiendo que el arte jujeño, de tanta raíz indígena, no nace con el mestizaje colonial en sus capillas ni con el rescate de símbolos ancestrales que nos reconstruyen sino, algunos miles de años antes, en esta y otras cuevas y aleros.

No es este el lugar de la arqueología sino de intentar una posible lectura que, menos que en sus representaciones, apunte a colocarlo en el marco del arte jujeño, aunque más no sea de modo hipotético. Las representaciones de combate son las más visiblemente llamativas. Hay momentos de enfrentamiento, toma de prisioneros, confinamiento de los derrotados rodeados por arqueros.

Hay una escena que podría tomarse, dramáticamente, como la central: un arquero apunta por sobre la cabeza de alguien que está arrodillado. Resalta por su dimensión y crudeza. Entre los tantos que combaten, o ya combatieron, los que arrean hileras de camélidos como botín, los que caminan peregrinando por el cerro, acaso huyendo, y los que yacen echados, quizás amándose, el hombre con su flecha sobre la nuca del arrodillado quisiera tornarse protagónica.

Podemos imaginar algunas causas que originaron esa lucha, pero lo importante acá es el matar y el morir, la victoria y la derrota. Sus creadores no pusieron más que las llamas como posible apetencia, que acaso fuera evidente en su tiempo.

Así como el arte griego echa sus raíces en las acciones de sus guerreros legendarios, sobre todo en torno a Troya, también podemos tener por épicas, para nosotros, las de Nuestra Cueva. En ella se plasmaron escenas que, por algunos miles de años y aún antes de la llegada del Inca, merecieron ser recordadas.

Sus personajes se repetirán en las telas de los Arcángeles Arcabuceros tanto como en la danza del tinku, no porque hablen de los mismos nombres sino por el hecho de representar la acción de combatir, ya sea por la libertad, por las mejores tierras, por el poder, por el ganado o por alguna ñusta que, como la Helena griega, resuma la dignidad de una nación.

Ver en la iconografía de la Cueva el origen de nuestro arte, que extendió sus galerías a otros aleros y paredes, a lo convexo de las vasijas y lo cóncavo de los platos, al tramado de los tejidos, es también recuperar una pertenencia.

//

Mariana Castro. El Tinku.

El tinku representa el combate de dos parcialidades. En su origen incluye la pelea, que es de carácter sangriento, cosa que se extiende a sus pasos y a la música que lo acompaña. Ya estilizado, se popularizó su ritmo con los Kjarkas, suele incluirse parte de su coreografía en la celebración de Quillacas y representa especialmente a la comunidad boliviana.

La danza es un oficio hermano al de las artes plásticas, pero una pintura perdura en el tiempo. Las de la Cueva sobrevivieron muchos siglos y aún nos hablan, aunque no comprendamos su idioma. La danza, por su parte, representa tramas y metáforas mientras actúan los cuerpos de sus actores. Podemos ver hoy las pinturas de la Cueva pero nada sabemos de sus bailes. Sin embargo, sabemos de aquellos que hoy tienen imágenes cercanas.

Mariana Castro, bailarina humahuaqueña, recuerda que “yo venía de la chacarera, que me liberaba y me gustaba, pero que no terminaba de darme algo más, que encontré en el tinku. Era lo ritual, una identidad, una historia que me era más afín. Me llegó como un paso de baile con una música que me atraía corporalmente, que deseaba bailarla, me motivaba, pero después pude encontrar todo lo que me produce cada vez que la bailo”.

Agrega que “es necesario que nosotros podamos hacer una reinterpretación de esta pictografía de Cueva del Indio. Es un material que todavía está ahí contándonos acerca de algo que pudo haber existido antes y que nosotros lo experimentamos y lo vivenciamos. Uno va haciendo una interpretación propia de todos los condimentos con los que se encuentra, que en definitiva terminan dando significado a mi vida. Hoy estas danzas me permiten seguirme preguntando cuánto de nosotros mismos no sabemos”.

Mariana nos habla de “esta idea de pueblos que se encuentran, algunos con los trajes verdes y otros con los trajes negros, como en las pinturas de la Cueva, siempre con esa calidad de los pasos, con los cruces con que hacemos la simulación de los pasos tipo pelea, pero con pasos bailados, marcados. Después se hace la representación de que una persona muere en la pelea, el circulo entre todos, y después de ese momento viene toda la celebración y terminamos de bailar como una gran fiesta final, como sucede cuando hay un santo. La celebración, después la fiesta”.

//

Bonus Track.

Micaela Chauque nos regaló esta versión de El Antigal (zamba compuesta por Daniel Toro y Lito Nievas), para que la usáramos en el video de las pinturas de La Cueva. Al recibirla, supimos que los visitantes de Intuiciones merecían también disfrutarla a solas con su intérprete, así que va aquí de yapa.

Ledesma_960x800

Vea los mejores Shows de Jazz Argentino!

www.JazzOnline.CLUB

El mejor Club de Jazz Online para ver en Streaming conciertos de nuestros más destacados músicos.

Publicaciones Recientes

Novedades

DESNUDO DE UN VIEJO. JOSE A. TERRY.

El museo Terry, de Tilcara, muestra entre las obras del pintor aquella que, con poderosa intensidad, retrata el desnudo de un viejo.

Purmamarca y la tradición.

Tras los meses de la cuarentena, Purmamarca sale a su plaza para nombrar la tradición.

Las bellezas de la Imagineria. La obra de Eduardo Escobar.

Nuestra Imagineria popular termina por cuestionar los criterios de belleza en que se basó la conquista española.

El Regreso del Payasito, Cine Joven desde Volcán.

En el 2017, cuando un alud desfiguró la localidad de Volcán, “Artesanos de la Luz” terminaba la edición de su largometraje. Compartimos aquí una reformulación en tres fragmentos.

SOY SELVA, Cecilia Espinoza.

Hace un año visitamos la muestra en CULTURARTE. Viendo sus fotografias podemos volver a saborearla.

Humberto Allegretti, imágenes de un caminante

Su mirada se detiene alli donde lo asombra un mundo que, pequeño o inmenso, termina por retratar.

Suscríbete a iNTUiCiONES.com.ar

O Recibe las Novedades en tu Email

Seguinos en las Redes: