San Juan en la memoria de Tilcara
El Negrito Mendoza fue fotógrafo y peluquero. Como peluquero, solía yaparle al corte alguno de sus recuerdos. Además era buen coplero. Atendía en la esquina de Bolívar y Belgrano y luego lo hizo frente al hospital. Son innumerables los relatos que me compartió, pero un 30 de setiembre de 2010 me senté con él para que me hablara sobre la fiesta de San Juan.
Había nacido en 1933 y la familia de su madre, Peloc, era de Juella. Recordaba a los samilantes que celebraban ante la imagen de San Juan diciendo que “bajaban todos los años, los de Huichairas también venían pero yo más los conocía a los de Juella. Tenían el porito, el charango y la flecha, yo les veía y les tenía miedo, era chico, tendría siete años. Me parece que eran seis, todos varones, y buscaban esas personas grandes, corpudas”.
“Era hermoso verlos, siempre era de colores los plumajes, plumas teñidas y después de pavo real la gorrita, precioso, bien lindo. En el cuerpo plumas de suri cruzados para acá y para acá, después llevaban cascabeles en las rodillas, por eso temblaban. Venían con la corneta y adoraban con el cuarto. La gente salía, los hacían arrodillar en medio la calle y si querían dar una limosnita le daban”.
“Tocaban el charanguito. Cuando llegaban ahí al frente o hacían el baile entonces tocaban el porito. Con la flecha nada, llevaban nomás, y la mamá nos hacía asustar porque decía: van a dar un flechazo, ya van a ver. Vivían para el lado donde está el pucará, así al frente, y cantaban ay riso riso toromacanacho. Dos cornetas y bombo, y las flechas eran así de chirca y con cuerito torcido, así chiquita como para la flechada. Con el trabuco, la escopeta, le ponían la cera, un fosforito y bum, lo cargaban por arriba, le daban la taqueada, la bomba poco se usaba porque no había. Sikuris no había”.
“Siempre hacían el mismo baile, era lindo ver como adoraban ellos con los cuartitos, hacían la venia cuando llegaban ahí, volvían para atrás y después volvían, tiraban los cuartos, soplaban el porito y daban vuelta fshhhh. Se ponían abajo un ponchito, y sobre el ponchito iban las plumas, y un chiripá, y en la cabeza sólo plumas, sin sombrero. Los suris entraban a la iglesia, caminaban arrodillados, hacían la venia y volvían, después ya salen y dejaban la imagen ahí”.
En 1927, José Armamini describe en su libro La Quebrada Enigmática que “aparecen, saliendo uno tras otro, cuatro hombres más o menos de la misma edad y estatura, ataviados con una rara vestimenta uniforme adornados con entrelazadas plumas de avestruz. Llevan saco, faldón, y un bonete que les cubre la cabeza. Son los samilantes que encabezarán la procesión, sirviendo a la vez de escolta del Santo; cada uno de ellos luce un instrumento de música a la cual de más rara conformación.”
“De vez en vez, los samilantes hacen un intervalo en sus continuas reverencias al Santo y ejecutan en sus instrumentos aires tristes y quejumbrosos de suaves y extrañas modulaciones. El ronco quejido de la tromba cuya larga caña hueca es sostenida verticalmente por un samilante, contrasta con el aullido lastimero del herke de asta pulida y brillosa, los silencios de sus notas entrecortadas son llenados por la música suave del charango y el puco.”
“Cumplimentada la misión, comienzan a recorrer los almacenes. La danza y la música con que obsequian al propietario de cada negocio, es recompensada con buenas raciones de coca y vino. En ese tren de diversión continúan sin descanso, hasta que los efectos del alcohol y la fatiga los sorprenden en altas horas de la noche en alguna chichería del bajo, o agotados, tirados en el suelo, quedan confundidos entre las plumas.”
En la Encuesta de Magisterio de 1921, se describe que “delante del santo las tres parejas de plumudos bailan llevando cada una un cuarto de carne de cordero que toman por los extremos. Haciendo cabriolas y levantando al mismo tiempo el cuarto de carne, avanzan unos seis pasos, dan una rápida vuelta, se dirigen hacia la imagen y haciendo una venia y doblando una rodilla le recitan algo confuso.”
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Entonces se rescata el canto de que nos hablara Mendoza:
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Santa Cruz manta
jamu cuschani
ay rizum rizum
lorito tapiz
apacamuni
ay rizum rizum
tucuy, imaguay
cambalachizu
ay rizum rizum
incienso tapiz soberanapac
apacamuni
ay rizum rizum
sarapitua
cambalachizu
ay rizum rizum
chiriguano cascapiz
diosnita rigcini
ay rizum rizum
poro macanachi
flecha macanachi
ay rizum rizum.
TRADUCCION DADA EN LA MISMA ENCUESTA:
De Santa Cruz
me vengo
hemos de ir, hemos de ir
lorito también
me traigo
hemos de ir, hemos de ir
con cualquier cosa
hemos de cambiar
hemos de ir, hemos de ir
traigo incienso
para la Virgen
hemos de ir, hemos de ir
con harina cocida
hemos de cambiar
hemos de ir, hemos de ir
aunque soy chiriguano
conozco a mi Dios
hemos de ir, hemos de ir
hacer pelear el poro
la flecha y la macana
hemos de ir, hemos de ir.
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